lunes, 31 de marzo de 2014

Internet de las cosas y la falta de privacidad

Internet de las cosas y la falta de privacidad


lunes, 31 de marzo de 2014 18:34 GMT



Un mundo conectado cada vez es mas real. Pensar en el Internet de las cosas hace unos años sonaba a película de ficción, pero en eventos como el #CES2014 nos muestran más productos para el hogar y el trabajo donde se conectan aires acondicionados, monitores, televisiones, refrigeradores, hornos, aspiradoras y lavadoras sin olvidarnos de los smartphones y portátiles que a veces son el enlace para controlar las luces de la casa o de la oficina, encender el aire a una temperatura adecuada estando fuera para que al llegar, la casa tenga la temperatura adecuada, la música y luz acorde con la hora del día. Las comunicaciones se darán en más espacios y dispositivos para saber cuando reemplazar los alimentos o saber si es necesario ir al doctor según los reportes de nuestra ropa, pero el uso de estos accesorios puede implicar una pérdida de privacidad.

El Internet de las cosas plantea interrogantes en el uso de la privacidad de los datos
Cuando se piensa en una vida conectada, se ven los beneficios de evitar ir a algunos lugares a pagar o comprar, tener la casa vigilada, con ahorro de energía, un clima agradable, entre otros aspectos, pero al igual que las aplicaciones de los móviles, su uso implica una serie de requisitos que hasta ahora, no se encuentran regulados por las leyes.

El acceso a nuestros datos estará disponible en línea y sin las medidas adecuadas, al alcance de cualquiera. De esta forma se podrían conocer nuestros hábitos y estilo de vida, pudiendo elaborar un perfil obteniendo información de lo que se come, usa, lee, juega, escucha, horas que se duerme, con base en los dispositivos.

Ejemplos hipotéticos pueden basarse en las películas y series de ciencia ficción donde en un universo conectado, se puede ver en ” Intelligence” y “Capitan América: el Soldado del Invierno”,como las máquinas pueden ser manipuladas para matar y obtener la información en todo momento de la ubicación de las personas y todas las actividades que realizan.

Actualmente esos datos ya se obtienen desees móviles y portátiles, nada evitaría que desde los accesorios inteligentes pase lo mismo. Como ejemplo de esto está la información que roban los hackers y recientemente, los datos que obtuvo la NSA.

Cada vez se crean más servicios digitales y en línea, lo que hace que a vida de las personas puedan quedar expuestas. Tan sencillo como buscar en redes sociales o con sólo poner el nombre de una persona en Google.

El comercio de datos es una realidad. Tan sólo con los datos personales y laborales que recaban los organismos gubernamentales y financieros que son vendidos, nos podemos dar cuenta de que es el comienzo de otras formas de obtener información para después “mágicamente” aparezcan ofrecimientos de servicios y productos similares a los que usamos.

Como usuarios debemos exigir a las empresas que ofrecerán y ya ofrecen este tipo de servicios, que sean claros en el manejo de nuestros datos. Es nuestra responsabilidad leer qué se hacen con éstos y en caso de no mencionarlos, pedir que aclaren su uso y decidir si se usarán. En caso de aceptar, conocer las consecuencias y decidir restringir la información que compartimos.


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