viernes, 31 de octubre de 2014

La Comisión Europea advierte: "La tasa a internet es ir en la mala dirección"

¿La tasa a internet es ir en la mala dirección?

GAME ITGAME IT




Aunque el conflicto ha surgido en Hungría donde el gobierno de turno, con mayoría absoluta, está dispuesto a aprobar en los próximos días la controvertida tasa a internet, al margen del clamor ciudadano que se ha desatado en miles de protestas a lo largo y ancho del país; la comisaria europea ligada a temas de nuevas tecnologías, Neelie Kroes, en representación de toda la Comisión Europea, ha lanzado un llamamiento a los líderes húngaros indicándoles que gravar internet con un impuesto de 0,5€ por cada Gigabyte descargado, no es sólo ir en la mala dirección, sino que sumará todavía más en el analfabetismo digital a una parte de los ciudadanos europeos. Una nota que por supuesto no debe pasar ajena a ninguno de los países miembros dado que la tendencia es converger en un oligopolio donde tan solo unas pocas compañías se reparten el pastel, como por ejemplo va a pasar próximamente en España, al desaparecer Ono y Jazztel del mapa y al estar las cableras Euskatel y R en el punto de mira en estos momentos.

Y es que la pretensión y la presión que las compañías de telecomunicaciones ejercen sobre los gobiernos con respecto a suprimir la tarifa plana, no ha pasado en los últimos años inadvertida. De esta manera, es muy usual intentar inculcar a la ciudadanía el concepto de: “¿por qué tengo que pagar yo lo mismo que otro si gasto menos?”, una falacia que se refleja sistemáticamente en la encuesta de la AIMC (Asociación de Investigación de Medios de Comunicación), de la que por cierto, podéis participar en este enlace.

De hecho, en España hemos asumido la inexistencia de la tarifa plana en telefonía móvil con una parsimonia que ha dejado perplejos a los comisarios europeos, cuando ya de por sí, la tarifa plana en internet doméstico, tiene un coste muy superior al de nuestros vecinos europeos y a una velocidad sensiblemente más baja.




Neelie Kroes, Comisaria Europea ligada al campo de las nuevas tecnologías.




Viktor Orban, político húngaro líder del partido Fidesz

Parece mentira que en general, a esos políticos que tanto les gusta hablar de competitividad, no se percaten de lo importante que es hoy en día internet para el propio comercio, y de qué forma levanta la demanda interna de todo un país, algo crucial especialmente en un contexto de crisis donde únicamente aquellas empresas que son capaces de reducir costes sin comprometer la calidad, son capaces de salir adelante. Es más, en general los políticos ven a internet como una forma de hacer pensar a la ciudadanía, y por tanto ante sus reiterados desfalcos, desean subyugar la libre información con el objetivo de que nada cambie. Sin embargo, obvian algo crucial, y es que colocar barreras (y encima económicas como es la que conlleva la supresión de la tarifa plana), puede que a muy corto plazo logre sufragar en parte los derroches de muchos sistemas políticos ineficaces (al margen claro está, del favor que hacen a los empresarios de las empresas de telecomunicaciones), pero a la larga generarán un problema todavía mayor: la incapacidad de adaptación (y por tanto de competir) de dicho país en un sistema de comercio cada vez más globalizado y tecnificado, lastrando a esos ciudadanos que gobiernan hacia la más absoluta de las miserias.

Así que desde GameIt queremos dar todo nuestro apoyo a los húngaros y no sólo por hacer caso al refrán de “cuando veas las barbas de tu vecino afeitar, pon las tuyas a remojar”, sino porque estamos absolutamente convencidos de que obstaculizar el acceso a las nuevas tecnologías tendrá graves consecuencias para el país que la ejecute principalmente, porque le impedirá crecer y competir en este mundo mercantil, cada vez más globalizado y tecnificado, resignando a sus ciudadanos a una vida miserable y cada vez más desesperanzada. Así que nos unimos a los ciudadanos de Hungría para que el partido húngaro Fidesz, y sobre todo a su terco líder, Viktor Orban, escuche a su pueblo, rectifique y no lo condene más al ostracismo.

Cómo compartir nuestra ubicación en las apps de mensajería instantánea

Compartir la ubicación con las apps de mensajería instantánea

EL GRUPO INFORMÁTICO

Hoy te vamos a enseñar cómo podemos compartir nuestra localización a través de las principales aplicaciones de mensajería. Esta opción que nos brindas las aplicaciones suele ser muy útil en casos de emergencia.

De hecho ya se han reportado en España rescates realizados por las autoridades correspondientes de personas que han enviado su localización por WhatsApp o cualquier otra aplicación, con final feliz en todos los casos.

Compartir ubicación en WhatsApp

Ya lo hemos comentado alguna vez por aquí pero por si no quedara claro que lo explicamos nuevamente. Compartir nuestra localización actual en WhatsApp es muy fácil, tan solo debemos entrar en el chat, pulsar en el clip y buscar la opción que dice Ubicación. Desde ese momento se enviará al chat concreto nuestra ubicación actual con poco margen de error.



Localización en Telegram

Telegram es una de las aplicaciones más recientes de mensajería y es tan parecida a WhatsApp que prácticamente tendremos que seguir los mismos pasos para compartir nuestra ubicación. Tan solo abrimos un chat concreto, clicamos en el clip y elegimos la opción Ubicación.



Enviar ubicación desde Hangouts

Hangouts también permite compartir nuestra ubicación con cualquier contactos. En Hangouts también es bastante sencillo realizar dicha tarea. Tendremos que ir al contacto en cuestión al queremos enviar nuestra localización, pinchar en el clip que está al lado de la caja de texto y elegir Ubicación.



Localización en Facebook Messenger

Facebook Messenger también da la posibilidad de compartir nuestra localización con cualquier contacto. En la aplicación de mensajería es un poco distintos de las demás apps, aunque es fácil también.


Tan solo debemos irnos al contacto y al lado de la caja de texto y los emoticonos hay un dibujo que simboliza la ubicación. Pinchamos en ese símbolo e inmediatamente se enviará la ubicación desde estamos escribiendo el mensaje.

Ubicación actual en Mensajes

A través de la aplicación nativa de Mensajes también es posible enviar la ubicación actual, aunque eso dependerá de cada terminal puesto que las aplicaciones de mensajes entre un terminal y otro son distintas y ofrecen más o menos adjuntos que enviar.


¿Conoces alguna aplicación más que permita enviar la ubicación a los contactos?

¿Cuándo, dónde y cómo te conectaste a Internet por primera vez?

¿Cuándo, dónde y cómo te conectaste a Internet por primera vez?

Recopilamos un par de historias de la primera vez que usaron Internet algunos amigos de FayerWayer.

Hoy Internet es parte esencial de nuestras vidas, lo usamos a diario sin reflexionar en lo extraordinario que es. Pero todos recordamos cuando nos conectamos por primera vez, especialmente si lo hiciste durante los años 80 o 90, cuando la promesa de Internet sonaba a ciencia ficción.
En esos años la idea de poder comunicarte con personas de cualquier parte del mundo a precio de llamada local era algo impensado. Poder descargar datos de un servidor en Japón o Australia — aunque fuera solo texto — era una experiencia alucinante.
Con motivo de la celebración de los 45 años de Internet, les pedimos a algunos amigos de FayerWayer que nos compartieran sus historias. Aquí les dejamos su "primera vez" en orden relativamente cronológico:


Nicolás Luco (Chile): Periodista tecnológico, editor en jefe y fundador de la revista Siglo XXI:
Yo me conecté en 1986 a Bitnet y a “El Coordinador” antes que a Internet. Pero en 1989 ya tenía correo electrónico UUNET en la Universidad de Chile. Tuve email desde marzo de 1990. Además, en Siglo XXI partimos con un Bulletin Board Service (BBS) para los que tenían Atari con modem de 16 baudios; el primero en hacer esto último fue la revista Microbyte.




La historia de cómo Chile se conectó a Bitnet y luego a Internet, todo gracias a la pista de aterrizaje que Chile comparte con la NASA en Isla de Pascua. Amplíen la foto para poder leer el emocionante texto de Nicolás Luco. © Nicolás Luco


Ricardo Galli (Argentina/España): Activista de software libre y fundador dMenéame.
Finales de 1989, fui a la División de Control de Procesos del Centro Atómico Bariloche (CAB, Argentina) para entrevistas para hacer mi proyecto final de carrera de ingeniería en informática. Después de algunos días me abrieron una cuenta en el MicroVax 3000 del grupo, este tenía acceso a Internet vía el Vax 780 central. El nombre de usuario siguió sus estándares, apellido e inicial del nombre, de allí mi primer "gallir" (que luego mantuve como mi apodo en Internet), así mi primera dirección de email fue gallir@cab.cnea.gov.ar.
Nos conectábamos a Internet por X25 a 1200 bps (si no me equivoco, vía el nodo "Atina" en Buenos Aires, de la Cancillería Argentina) y el uso principal era bajar software de los FTP anónimos. Teníamos una lista con cientos de servidores y el software en cada uno, recuerdo que bajé el Prolog para VMS (el sistema operativo de Vax) que compilé en el MicroVax (y usé para mi PFC). Cuando nos conectábamos teníamos que tener cuidado de hacerlo a servidores en EEUU porque los enlaces a Europa estaban saturados. El email iba por caminos diferentes, por modem a 1200 que llamaba a Atina para bajar vía UUCP (UCX en el Vax), y la otra era vía X25 a una universidad de Chile para los correos de Bitnet. Los físicos usaban muchos las listas de correos y a veces el modem no daba abasto para bajar tantos correos, nos llegaban con horas de retraso, a veces días.
Era un mundo muy diferente al que estaba acostumbrado en mi universidad, cuando volví por unos días para hacer mi último examen (febrero de 1990) y contaba lo que hacíamos en el CAB no me creían. Desde esos días quedé muy enganchado, estuve casi dos años en Bariloche — cuando me marché ya había conexión satelital de 64 kbps — y me pasaba noches enteras en el lab para estar conectado a Internet y chatear con lo que era lo más en aquél momento, el "phone" del VMS. Colaboré bastante en el despliegue de red a Internet para todo el centro, aprendí muchísimo. Era un becario muy pobre pero fue de las mejores épocas de mi vida.

El "minicomputador" VAX 780 de Digital.


Martín Varsavsky (Argentina/España): Emprendedor e inversionista, fundador de varias empresas incluyendo Fon y JazzTel.
¿Qué cuando me conecté a Internet por primera vez? ¡No lo recuerdo! Se que en mi universidad en los 80 ya teníamos Internet. Supongo que fue entonces, en Columbia. Era Internet antes de la web, que vino en los 90. Pero servía para escribir textos, mensajes. Y la primera Mac que tuve tenía un modem. Luego vino AOL, una especie de pre Web que tenía acceso a contenidos tipo periódicos y revistas.


Wences Casares (Argentina): Emprendedor tecnológico, fundador de varias empresas incluyendXapo y Patagon.
En 1990 usando la computadora de mi Papa desde Esquel, Chubut, me conectaba a una especie de BBS que tenia el Automóvil Club Argentino que tiene números de acceso locales y no hacia falta usar una llamada de larga distancia a Buenos Aires. A través de ese BBS me conectaba a la Red Arpac que era una especie de BBS de Entel, la empresa estatal de teléfonos.
Había mucha información en el BBS del Automóvil Club y de Arpac (noticias, estado de rutas, pero era un red cerrada así que en unos meses la podías explorar toda. A través de Arpac te podías conectar a otras redes o BBS, por ejemplo Delphi.
Nunca me voy a olvidar la primer vez que conseguí una cuenta para poder conectarme a Compuserve y, desde ahí, ver "internet" o la internet de esa época: email, FTP, Telnet, Usenet, text-based Web access, MUDs, Finger, Gopher e IRC. Era una ventana al mundo desde la Patagonia que parecía ciencia ficción.


Leo Prieto (Chile): Fundador de FayerWayer y Betazeta — y quien escribe este post.
Fue en 1993 desde mi casa en un Macintosh Classic II con un modem Hayes de 9600 baudios (que sería algo así como 1.2 KB/s), mismo modem que desde 1992 usaba para poder conectarme a BBS locales (HomeNet, Siglo XXI, etc). Me "conseguí" la cuenta de una amiga de mi hermana que había entrado a estudiar a la Universidad de Chile y les habían entregado cuentas con acceso SLIP (un protocolo odioso que con suerte te permitía conectar al quinto intento — por suerte después fue reemplazado por PPP).
Fue alucinante cuando finalmente empezó a aparecer la araucaria en ASCII que indicaba que habías logrado conectarte exitosamente a los servidores de la universidad. Todo por línea de comando (usando ZTerm en System 7), empecé a pasear por internet usando servicios como gopher, ftp, archie, e irc. Todavía recuerdo que la primera página web que intenté abrir con lynx fue la de MacUser ( http://zdnet.ziffdavis.com/~macuser), ya que esa revista tenía toda la información para conectarte a internet con un Mac.
También recuerdo cuando vi mi primera “imagen” porno por internet: Un dibujo en ASCII — que aún así se demoraba varios minutos en cargar y a veces se caía la conexión después de un par de lineas. Creo que no puede haber nada más nerd que el porno ASCII.

La primera pornografía en internet era en ASCII. También había una más sofisticada en ANSI.


Inti Acevedo (Venezuela): Blogger y fundador de Esquizopedia
Mi primera conexión a Internet fue con un usuario y clave “robada” de un profesor de la Universidad Simón Bolivar del cual no recuerdo para nada su nombre (ni su login). La ingratitud de la memoria. Creo que corría el año 1993. Hace 10 años podía decir incluso el día, ahora después de tanto Lycos, Yahoo, Flickr, Facebook, Twiter, Google y Amazon, las fechas van desapareciendo de las neuronas. El Conicit (Consejo Venezolano de Investigaciones Científicas y Tecnológicas) tenía un servidor Unix llamado Dino, como la mascota de los Picapiedras. Algunos profesores universitarios iluminados podían acceder a una Internet de terminal y simples caracteres, yo era el intruso, una versión bien prehistórica y sin mascara de Anonymous.
Recuerdo que usábamos algo llamado Telnet para comunicarnos con otras maquinas. Era algo sublime. La pantalla se ponía negra y de pronto vomitaba a una velocidad indescriptiblemente lenta, letras muy blancas (¿o muy verdes?). Pero la realidad es que usábamos un sonido de chirridos inexplicables de un modem comunicándose con la magia. En aquellos años nos hicimos adictos a ese sonido de robots de los 60s comunicándose por medio de las lineas telefónicas.
A mi me gustaba entrar principalmente a un BBS que se encontraba en el ITESO de Guadalajara en México. Era increíble como el mundo se hacia más pequeño con cada caracter.En aquella epoca mi familia casi se desintegra por las facturas que teníamos que pagar a la compañía telefónica. Aun hoy encuentro infinito el amor de mi madre por su hijo nerd. Ella no entendía porque ese chirrido infernal terminaba siendo tan caro.


Franco Catrin (Chile): Activista de software libre, ex editor de FayerWayer y ex conductor dTVnauta.
Fue en 1993 en la UTFSM en Valparaíso por un terminal VT100 conectado a un SunOS. Max Celedón (que era alumno) me mostró ytalk, archie, ftp, mail y tin.
Una vez una novia (1997), al terminar me dijo que una de las cosas que odiaba de mi era que yo era demasiado mentiroso, que inventaba cosas y que era imposible que hablara con personas de otros países en forma instantánea, que era lo más ridículo que había escuchado.


Tomás Pollak (Chile): Fundador de Prey y ex editor de FayerWayer.
Fue en la casa de un primo igual de computín que yo, en su viejo Mac — uno que se prendía con el control de la tele — usando un modem Hayes externo de 9600 bps. Calculo que fue el 94, sino antes.
Nos conectamos por RedPUC (¿así se llamaba?) usando la clave del novio de mi hermana, que habíamos memorizado armando una frase con las iniciales que hasta hoy tengo pegada. Buena técnica!
Altavisteamos algunos trucos de viejos juegos de PC, que por supuesto no corrían en su Mac, y bajamos un par de MIDIs de servidores FTPs, probablemente a través, cómo no, del mejor buscador de todos: ftpsearch.ntnu.no.
Ése primo era Leo.

IRC fue inventado en 1988 y se mantiene activo hasta el día de hoy. Era un lugar para conversar, aprender e intercambiar archivos.


Marilín Gonzalo (Argentina/España): Periodista especializada en medios digitales, Jefa de Producto en ElDiario.es.
La primera vez que me conecté a internet fue en 1993-94, desde un ordenador que me prestaron, en el trabajo de una de mis tías en Argentina. Nadie sabía muy bien para que servía y era un lugar oscuro, porque había que descubrir las URLs sin Google, y ni siquiera había Altavista aún. De una web saltabas a otra, y yo empecé a apuntar en una libretita las que me interesaban. Ese día perdí la cuenta del tiempo, me fascinaba todo lo que había por descubrir ahí. Unos años después en la universidad pusieron ordenadores para conectarse, pero sólo había turnos de 15 minutos dos veces por semana, así que yo los reservaba siempre. Para no perder tiempo, descargaba las páginas html en un diskette y me lo llevaba a casa para leerlo en mi ordenador.


Benjamí Villoslada (España): Activista del software libre, locutor de radio y co-fundador dMenéame.net.
Esa "primera vez" fue en diciembre de 1995. Gracias a InfoVía, y su precio de llamada local, ya no tendría que ampliar la hipoteca para pagar llamadas interprovinciales. Siempre vi internet como un lugar donde conversar, organizarnos y ser colectivamente más inteligentes. El primer día abrí Yahoo y busqué información sobre una secta que, en aquel momento, me afectaba a través de familia y amigos. Quedé sorprendido por lo mucho que encontré en inglés. No había nada en español, así que abrí un foro una página anunciándolo. Recuerdo que pocos meses después, en agosto de 1996, leyendo 'La Vanguardia' en el barco camino de unas vacaciones en Mallorca, vi un artículo donde nos citaban como caso de éxito de lucha contra las sectas en internet.



Yahoo en NCSA Mosaic, en 1995. ¡Tenía imágenes! Internet ya no era sólo texto.


Cony Sturm (Chile): Periodista especializada en tecnología, ex Editora en Jefede FayerWayer.
Fue en 1995. No recuerdo qué fue lo primero que hice en Internet. Sí recuerdo que cuando mi papá me presentó Internet alrededor de 1995, no se parecía nada a lo que hay ahora. Uno se conectaba a un servidor y una pantalla negra te decía si había e-mails nuevos. En ese tiempo no había mucha gente a la que enviar e-mails, así que no era muy interesante. No usé Internet de verdad hasta tiempo después, navegando con Netscape y buscando en AltaVista. Una de las cosas que encontré más interesantes era poder hablar con gente en cualquier parte del mundo de forma instantánea, algo que hasta hoy me sigue pareciendo una de las mejores cosas de la red.


Christian van der Henst (Guatemala): Fundador de Maestros del Web y co-fundador de Mejorando.la.
1996. Yo estaba por allí por los 15 años. Le pedí a mis padres que nos conectáramos luego de ir a una feria de informática en mi natal Guatemala. Vendían computadores y tenían algunos con acceso a internet y algunas versiones primitivas de Netscape, así que allí lo usé por primera vez.. Me encantó ese acceso a la información tan simple y empecé a buscar un proveedor local de 14kbps al que me conectaría un buen par de años.

El mejor buscador desde 1996 era por lejos AltaVista (altavista.digital.com). Pasaron muchos años antes que fuera reemplazado por Google.


Freddy Vega (Colombia): Fundador de Cristalab y co-fundador de Mejorando.la.
Mi padre me llevó, muy pequeño en 1996, a su "amigo informático" en un viejo centro comercial. Ahí vi internet en linea de comandos, descargando de usenet un juego de carreras.
Pero no fue hasta mi último año de escuela que los café internet llegaron a Bogotá. Pagué US$3 por una hora. El lugar olía a sopa instantanea (venía gratis) y el dueño prohibía fuertemente ver porno (ahí descubrí que internet lo tenía). Google aún no nacía, Altavista y Geocities eran líderes.
Todo estaba por hacer. Cuando mi padre me mostró aquél juego, quise crear videojuegos. Pero cuando me conecté en persona, años después, supe que mi vida era enseñarle a las personas a crear para la web.
Pero estas son sólo algunas historias para recordar las tecnologías, plataformas y servicios que usábamos en los primeros años de la masificación de internet. Lo más entretenido se viene en los comentarios, por lo que queremos invitarlos a todos a responder:
¿Cuándo, dónde y cómo se conectaron a internet por primera vez?

jueves, 30 de octubre de 2014

Los móviles se comen el mundo




Los móviles se comen el mundo


Hace una década el PC seguía siendo el rey del mundo, y no parecía probable que hubiera grandes cambios en el paradigma de uso de la tecnología. Aún no se había fraguado el auge de las redes sociales y esa nueva revolución de las comunicaciones propiciada por Internet, pero incluso con esa ausencia había otro gran cambio por llegar: el de los smartphones.
Estos dispositivos se han postulado como los grandes protagonistas de la tecnología en los últimos años, aunque en ese auge han tenido un impacto igualmente especial las aplicaciones y juegos móviles que han terminado por conquistar a cientos de millones de personas. Y las que quedan por conquistar.
Esto es solo el principio
Esa reflexión la transmitía muy bien Benedict Evans en su reciente ensayo "Los móviles se comen el mundo", publicado con motivo de la conferencia WSJD Live sobre tecnología global. Este analista, que forma parte de la célebre firma de inversión Andreessen Horowitz, analizaba esa revolución móvil con un estudio de los últimos años a la que se le sumaba una estimación de lo que está por venir.
En ese estudio se revelaba en primer lugar una conclusión aplastante sobre el impacto que la movilidad ha tenido a la hora de conectarnos a Internet. En 1995 tan solo personas en entornos tecnológicos (o muy aficionadas a este campo) estaban conectadas a Internet, mientras que en el año 2000 ya nos acercábamos a contar con unos 500 millones de personas conectadas a la red de redes.
Ese crecimiento en número de personas conectadas ha sido especialmente importante en estos últimos años en los que los smartphones han contribuido a que más y más personas se conecten a las redes de datos móviles. Esto es especialmente importante en países emergentes en los que las redes de datos fijas eran poco accesibles, pero en los que esas redes móviles daban muchas más facilidades a los usuarios, y seguirán dándolas en el futuro.


De hecho, hoy en día aún hay muchos usuarios de Internet que se conectan "solo" con un PC o un portátil, y no con un smartphone. Sin embargo en apenas cinco años asistiremos a un panorama en el que previsiblemente habrá 4.000 millones de personas conectadas a Internet, y todas ellas lo estarán gracias a dispositivos móviles.

La adopción de móviles es imparable
En un segundo tramo de ese estudio se revelaba cómo la adopción de los smartphones es, como estamos comprobando día tras día, cada vez mayor. La llegada de los PCs y portátiles fue crucial para esta etapa inicial de crecimiento de Internet, pero el panorama ha cambiado.


De hecho, hemos estado asistiendo a esa era post-pc -aunque muchos no nos creamos mucho ese concepto- en la que hay consecuencias claras: los PCs y portátiles han sufrido una clara desaceleración de ventas, y aunque cada vez hay más gente que los tiene, ese crecimiento es ahora mucho menos pronunciado.
La cosa cambia en el caso de los smartphones y, en menor medida, en los móviles "básicos". Los feature phones fueron protagonistas hace unos años, pero los smartphones han desplazado totalmente ese protagonismo hacia un mercado que poco a poco se ha democratizado: los precios de acceso al segmento de los smartphones son ahora muy bajos, y los países emergentes son la próxima gran conquista de estos dispositivos.
Un futuro lleno de oportunidades
Pero los smartphones son a todas luces tan solo el principio de esa revolución de la movilidad en la que ya no solo habría que contar con estos dispositivos, sino con todo un rango de soluciones que aprovechan esa conectividad móvil para hacer resolver todo tipo de problemas en distintos escenarios.
 
Estamos comenzando a verlo en el segmento de los dispositivos 'ponibles' o wearables. Los relojes inteligentes y las pulseras cuantificadoras -tenemos un último ejemplo en las Microsoft Band que acaban de ser presentadas- comienzan a cubrirnos de sensores y tecnologías de conexión, y cada uno de ellos da lugar a nuevos mercados.

Es el caso de los pagos móviles que parece que por fin podrían a despuntar -en eso Apple Pay podría tener papel protagonista-, pero también ese prometedor segmento de la salud en el que estas soluciones también se están viendo cada vez más implicadas.
A esa revolución en la forma de aprovechar los dispositivos móviles también le acompaña otra en los costes asociados a la hora de dar servicios. En el año 2000 las empresas que deseaban lanzar algún tipo de proyecto tecnológico necesitaban una fuerte inversión y una plantilla que normalmente era elevada. Hoy se está demostrando día tras día como una o dos personas pueden llegar a revolucionar todo tipo de mercados con ideas sencillas y bien implementadas que ha costado muy poco dinero desarrollar -aunque luego atraigan enormes cantidades en forma de inversiones de capital riesgo-. Los smartphones han sido principales benefactores de una situación en la que ahora las audiencias se cuentan en cientos de millones de potenciales clientes.
Adaptarse o morir
Este avance y estos cambios que se están sucediendo de manera frenética en el mundo de la tecnología están teniendo un impacto enorme en nuestra concepción del mundo hoy en día, pero sobre todo en industrias que parecían totalmente asentadas.
El legendario 'Video killed the radio star' de los Buggles de 1979 -seguro que muchos ni siquiera de los que leéis esto habíais nacido por entonces- parecía premonitorio. La televisión restó mucha relevancia a la radio, y se esperaba que también tuviese un impacto negativo sobre la prensa y las revistas impresas. Curiosamente, no fue así, y tal y como indicaban en FirstMonday en 2001:
La industria de las revistas utilizó la publicidad en televisión y los videocassettes como regalos promocionales que proporcionaban valor añadido para los suscripctores, además de atraer a nuevos clientes.
Así es: la televisión hizo que precisamente se crearan más necesidades a la hora de informarse, sobre todo en lo que se refería a segmentos más específicos y de nicho para los que las revistas especializadas supieron dar una respuesta muy adecuada.


Ese impacto positivo no está dándose no obstante con la popularización de Internet y las redes móviles, que están cambiando el panorama de los medios de comunicación de una forma radical. La consumición de contenidos multimedia está migrando de forma aparentemente definitiva hacia Internet y los dispositivos móviles. En un estudio reciente de Ofcom en el Reino Unido (PDF) se comprobó como hoy en día los adolescentes de entre 11 y 15 años dan especial relevancia a los móviles y tabletas -el impacto en las niñas es aún más impresionante, como se ve en la imagen- mientras que la televisión apenas es relevante ya.

El cambio es patente incluso en los servicios de comunicación: el e-mail sigue siendo importante para los adultos hoy en día -más de un 25% de cuota según los datos de Ofcom- mientras que para los jóvenes de 12 a 15 años en el Reino Unido este medio de comunicación no tenía relevancia alguna. Tanto ellos como sus conocidos han pasado a estar en contacto a través de redes sociales y, sobre todo, de aplicaciones de mensajería (casi en el 50% de las veces), e incluso las llamadas de voz dejan paso a esa interacción 'menos personalizada'. Será interesante ver si esos jóvenes que hoy usan este tipo de medios siguen manteniéndolos como referente dentro de 10 años, por ejemplo, si adoptan otros medios más tradicionales, o si para entonces aparecen nuevas formas de comunicación.

La gula por la información

La gula por la información

YOROKOBU




Muy pocos adictos reconocen que están enganchados. Cuando, además, la adicción se asume como normal a causa de la frecuencia con la que se produce, el problema es aún más difícil de detectar. ¿Somos adictos a la información? La diseñadora Myra Wippler ha querido mostrar nuestra insaciable necesidad de información de esta manera.
La sensación es familiar aunque no sea uno mismo el protagonista. Es normal despedirnos del teléfono móvil ya bajo el edredón y recuperarlo aún con los ojos pegados, por la mañana. No pasa nada. Lo hace todo el mundo. Tiene que ser hasta positivo.
Lo cierto es que, aunque las cifras bailen según quién haga la encuesta, el porcentaje de personas que no podrían vivir sin internet aumenta cada año.
El bombardeo de información y el constante enlace con los contactos que se manejan en la agenda del teléfono se proyectaban en forma de tormenta en la cabeza de la diseñadora holandesa Myra Wippler. Ella cuenta que durante el final de su carrera en la Design Academy Eindhoven, su cabeza era «una coctelera que mezclaba ideas, diferentes temas, soluciones y declaraciones que se dirigían a un inevitable desastre».
Su violín fue el que ordenó todo en su mente. «Llevaba varios años sin tocar. comencé a hacerlo y recordé casi cada nota de las piezas que conocía. Tras una hora y media tocando, noté como el tornado de mi cabeza se reducía y encontraba la paz».
Wippler admite que ese momento casi milagroso le hizo darse cuenta de que en su vida cotidiana, el hecho de estar pendiente de sus redes sociales, de su correo electrónico o de su Whatsapp hacía que su cerebro se entrenase para centrarse en estímulos cortos y rápidos. «Una y otra vez», dice.
Así fue cómo tuvo la idea de crear Information Gluttony, una pequeña película que le ha servido como proyecto de fin de carrera y que reflexiona acerca de la inevitabilidad de permanecer conectados. «Sería genial que pudiésemos procesar todo. sin embargo, sencillamente no estamos preparados para ser tan extremadamente multitarea», opina

Wippler llama la atención acerca de fuentes de información que no dejan de requerir la mirada de las personas. «Los medios de comunicación, Facebook, Instagram o la publicidad tratan de captar nuestra atención a cada momento. El problema reside en la manera de filtrar. Consumimos información como nunca antes y creo quedebemos preocuparnos y ser críticos con las consecuencias de este estresante estilo de vida».
A pesar del desolador retrato social que Wippler propone como objeto de reflexión, la diseñadora se muestra optimista. «Creo que el problema se revolverá solo», declara. «La tecnología se desarrolla rápidamente y espero que la comunicación digital se vuelva más física».
Insiste en que no quiere que se le entienda mal. Es feliz utilizando internet, pero insiste en la necesidad de «no tener la urgencia de comprobar los mensajes y responderlos inmediatamente. Hay que priorizar».


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