Los móviles se comen el mundo
Hace una década el PC seguía siendo el rey del mundo, y no
parecía probable que hubiera grandes cambios en el paradigma de uso de la
tecnología. Aún no se había fraguado el auge de las redes sociales y esa nueva
revolución de las comunicaciones propiciada por Internet, pero incluso con esa
ausencia había otro gran cambio por llegar: el de los smartphones.
Estos dispositivos se han postulado como los grandes protagonistas de
la tecnología en los últimos años, aunque en ese auge han tenido un impacto
igualmente especial las aplicaciones y juegos móviles que han terminado por
conquistar a cientos de millones de personas. Y las que quedan por conquistar.
Esto es solo el principio
Esa reflexión la transmitía muy bien Benedict Evans en su reciente ensayo
"Los móviles se comen el mundo", publicado con motivo de la conferencia
WSJD Live sobre tecnología global. Este analista, que forma parte de la célebre
firma de inversión Andreessen Horowitz, analizaba esa revolución móvil con un estudio de
los últimos años a la que se le sumaba una estimación de lo que está por venir.
En ese estudio se revelaba en primer lugar una conclusión aplastante sobre
el impacto que la movilidad ha tenido a la hora de conectarnos a Internet. En
1995 tan solo personas en entornos tecnológicos (o muy aficionadas a este
campo) estaban conectadas a Internet, mientras que en el año 2000 ya nos
acercábamos a contar con unos 500 millones de personas
conectadas a la red de redes.
Ese crecimiento en número de personas conectadas ha sido especialmente
importante en estos últimos años en los que los smartphones han contribuido a
que más y más personas se conecten a las redes de datos móviles. Esto es especialmente
importante en países emergentes en los que las redes de datos fijas
eran poco accesibles, pero en los que esas redes móviles daban muchas más
facilidades a los usuarios, y seguirán dándolas en el futuro.
De hecho, hoy en día aún hay muchos usuarios de Internet que se conectan
"solo" con un PC o un portátil, y no con un smartphone. Sin embargo
en apenas cinco años asistiremos a un panorama en el que previsiblemente habrá
4.000 millones de personas conectadas a Internet, y todas ellas lo
estarán gracias a dispositivos móviles.
La adopción de móviles es imparable
En un segundo tramo de ese estudio se revelaba cómo la adopción de los
smartphones es, como estamos comprobando día tras día, cada vez mayor. La
llegada de los PCs y portátiles fue crucial para esta etapa inicial de
crecimiento de Internet, pero el panorama ha cambiado.
De hecho, hemos estado asistiendo a esa era post-pc -aunque muchos no nos creamos mucho ese concepto- en la que hay
consecuencias claras: los PCs y portátiles han sufrido una clara desaceleración
de ventas, y aunque cada vez hay más gente que los tiene, ese crecimiento es
ahora mucho menos pronunciado.
La cosa cambia en el caso de los smartphones y, en menor medida, en los
móviles "básicos". Los feature phones fueron protagonistas hace unos
años, pero los smartphones han desplazado totalmente ese protagonismo hacia
un mercado que poco a poco se ha democratizado: los precios de acceso al
segmento de los smartphones son ahora muy bajos, y los países emergentes son la próxima gran conquista de estos dispositivos.
Un futuro lleno de oportunidades
Pero los smartphones son a todas luces tan solo el principio de esa
revolución de la movilidad en la que ya no solo habría que contar con estos
dispositivos, sino con todo un rango de soluciones que aprovechan esa
conectividad móvil para hacer resolver todo tipo de problemas en
distintos escenarios.
Estamos comenzando a verlo en el segmento de los dispositivos 'ponibles' o
wearables. Los relojes inteligentes y las pulseras cuantificadoras -tenemos un
último ejemplo en las Microsoft Band que acaban de ser presentadas- comienzan a cubrirnos
de sensores y tecnologías de conexión, y cada uno de ellos da lugar a
nuevos mercados.
Es el caso de los pagos móviles que parece que por fin
podrían a despuntar -en eso Apple Pay podría tener papel protagonista-, pero
también ese prometedor segmento de la salud en el que estas
soluciones también se están viendo cada vez más implicadas.
A esa revolución en la forma de aprovechar los dispositivos móviles también
le acompaña otra en los costes asociados a la hora de dar servicios. En el año
2000 las empresas que deseaban lanzar algún tipo de proyecto tecnológico
necesitaban una fuerte inversión y una plantilla que normalmente era elevada.
Hoy se está demostrando día tras día como una o dos personas pueden
llegar a revolucionar todo tipo de mercados con ideas sencillas y bien
implementadas que ha costado muy poco dinero desarrollar -aunque luego
atraigan enormes cantidades en forma de inversiones de capital riesgo-. Los
smartphones han sido principales benefactores de una situación en la que ahora
las audiencias se cuentan en cientos de millones de potenciales clientes.
Adaptarse o morir
Este avance y estos cambios que se están sucediendo de manera frenética en
el mundo de la tecnología están teniendo un impacto enorme en nuestra
concepción del mundo hoy en día, pero sobre todo en industrias que
parecían totalmente asentadas.
El legendario 'Video killed the radio star' de los Buggles de 1979 -seguro
que muchos ni siquiera de los que leéis esto habíais nacido por entonces- parecía
premonitorio. La televisión restó mucha relevancia a la radio, y se
esperaba que también tuviese un impacto negativo sobre la prensa y las revistas
impresas. Curiosamente, no fue así, y tal y como
indicaban en FirstMonday en 2001:
La industria de las revistas utilizó la publicidad en televisión y los
videocassettes como regalos promocionales que proporcionaban valor añadido para
los suscripctores, además de atraer a nuevos clientes.
Así es: la televisión hizo que precisamente se crearan más
necesidades a la hora de informarse, sobre todo en lo que se refería a
segmentos más específicos y de nicho para los que las revistas especializadas
supieron dar una respuesta muy adecuada.
Ese impacto positivo no está dándose no obstante con la popularización de
Internet y las redes móviles, que están cambiando el panorama de los
medios de comunicación de una forma radical. La consumición de contenidos
multimedia está migrando de forma aparentemente definitiva hacia Internet y los
dispositivos móviles. En un estudio reciente de Ofcom en el Reino Unido (PDF) se comprobó como hoy en día los adolescentes de entre 11
y 15 años dan especial relevancia a los móviles y tabletas -el impacto en las
niñas es aún más impresionante, como se ve en la imagen- mientras que la
televisión apenas es relevante ya.
El cambio es patente incluso
en los servicios de comunicación: el e-mail sigue siendo importante para
los adultos hoy en día -más de un 25% de cuota según los datos de Ofcom-
mientras que para los jóvenes de 12 a 15 años en el Reino Unido este medio de
comunicación no tenía relevancia alguna. Tanto ellos como sus conocidos han
pasado a estar en contacto a través de redes sociales y, sobre todo, de aplicaciones
de mensajería (casi en el 50% de las veces), e incluso las llamadas de voz
dejan paso a esa interacción 'menos personalizada'. Será interesante ver si
esos jóvenes que hoy usan este tipo de medios siguen manteniéndolos como
referente dentro de 10 años, por ejemplo, si adoptan otros medios más
tradicionales, o si para entonces aparecen nuevas formas de comunicación.
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