¿Nos está atontando la tecnología?
Los avances tecnológicos están muy bien, pero parece que hemos delegado demasiado en ellos y nos hemos convertido en máquinas tontas a su servicio. Hay que encontrar el punto de equilibrio, pero sobre todo, que la tecnología esté a nuestro servicio y no al revés.
¿Cuál es el camino más corto para llegar
al súper? No hace tanto nos movíamos por el mundo consultando mapas de papel
como mucho, pero ahora, con la irrupción de la tecnología ya presente en
nuestros bolsillos en los smartphones, no se nos ocurre salir sin conectar el
navegador. Y el asunto va a peor, porque cada vez lo utilizamos más incluso
dentro de la ciudad que ya conocemos. ¿Que hay que anotar algo? Recurrimos al
móvil, y también para apuntar la reunión de mañana o la lista de la compra. Está
claro que los nuevos dispositivos en combinación con la nube nos están
haciendo la vida mucho más fácil, pero... ¿Tal vez demasiado?
Vamos por partes: ¿por qué se automatizan
cada vez más los procesos? Básicamente para hacer la vida más fácil al usuario
dejándole más tiempo libre (un ejemplo claro pueden ser los navegadores que
antes hemos comentado), pero también porque la tecnología es superior al hombre en
muchas tareas.
Piensa en una planta de montaje de automóviles con una interminable línea de
robots trabajando de forma infatigable pero sobre todo, sin cometer errores, y
compara con la misma cadena formada por humanos con el factor de error
impregnado en sus genes...
Pues bien, la segunda máxima, la de
mejorar el trabajo de los hombres, sí puede considerarse como una razón de peso
para permitir que la tecnología invada nuestras vidas. Pero... ¿y la segunda?
Atentos porque aquí hay sorpresas. Un estudio llevado
a cabo en los 80 mediante el cual se medía el estado de ánimo de los
trabajadores a lo largo de toda su jornada (incluyendo los momentos de ocio y
descanso) arrojó un dato escalofriante: somos más felices cuando estamos activos
haciendo algo. Dicho
de otra manera, si el ocio lo dedicamos a no hacer nada, estamos insatisfechos.
Atontados
por la inactividad
De esta conclusión se deduce que el ser
humano necesita actividad y que de alguna manera, la irrupción de la tecnología
en nuestras vidas nos podría estar atontando. Un ejemplo claro de esto lo podemos
encontrar en los aviones comerciales actuales, en los que el comandante activa
el piloto automático durante el grueso del trayecto e interviene apenas en las
maniobras de despegue y aterrizaje, y por descontado, para supervisar todos los
controles de seguridad. Bien, se ha descubierto que este nuevo rol del piloto
lo ha relajado y lo que antes era un vuelo intenso en el que la parte activa
era la humana, ha dado paso a un largo viaje en el que la tripulación está con
la cabeza en el hotel de destino.
¿Quiere esto decir que debemos renunciar
al smartphone y volver a la libreta de papel? Ni mucho menos, debemos apoyarnos
en lo máximo que podamos en aquellas cosas que la tecnología haga mejor que
nosotros. Y lo siguiente, y más importante, saber aprovechar bien ese tiempo
libre que nos proporcionan los avances de los nuevos tiempos en beneficio
propio. Una buena prueba de un posible mal uso de la tecnología consistiría en
no tener ninguna noción de lo que tenemos que hacer al día siguiente en el
trabajo sin ver nuestra agenda. Si lo quieres ver de esta manera, que la
tecnología esté a tu servicio y tú sepas sacar provecho de ella, y no al revés.
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