He atontado mi smartphone y ahora soy un poco más feliz
SOFTONIC
LUNES, 1 DE DICIEMBRE DE 2014
Mi teléfono era demasiado listo. Sus avisos constantes me
agobiaban. Así que lo hice más simple, lo atonté. Y ahora soy más feliz. Te
cuento cómo lo hice. Tengo una muy buena relación con la tecnología, pero me
molesta que ésta intente hacerse todo el rato con mi vida. Desde que comprara
un móvil Android hace cuatro años, los momentos en que he deseado desconectar
han ido en aumento. Hasta que llegó el día en que dije basta y quise acabar con
el atracón informativo. Descubrí que necesitaba desconectar cuando un día me di
cuenta de que llevaba diez minutos deslizando la pantalla de iconos de mi
Android sin abrir ninguna app. Miraba los iconos como un tonto, esperando que
llegara alguna notificación de las redes sociales, o algún correo, o un
mensaje, algo. Me sentí como un adicto. Pero desconectar de un smartphone no
tan es fácil como suena. Algunos de mis compañeros lo han intentado. Pasaron a
usar móviles sencillos (dumbphones -tontófonos, los llama mi colega Cristina-)
y se dieron de baja de la conexión móvil. Pero, al final, volvieron. Creo saber
el motivo: habían desconectado de forma demasiado radical. ¿Atontar un
smartphone o comprar un dumbphone? Una cosa es restringir el poder que la
tecnología tiene sobre nosotros, y otra muy distinta es renunciar por completo
a sus ventajas. Por eso tuve muy claro que no iba a renunciar a mi Android. El
error de comprar un móvil sencillo ya lo había cometido una vez: no iba a repetirlo.
Hay que reconocer que hay cosas que solo un smartphone puede hacer y que son
muy útiles; pueden sacarnos de un apuro en cualquier momento. Cuando me pierdo,
los mapas me orientan. Y en la galería guardo documentos que me pueden servir
para cualquier tipo de gestión burocrática. Eso un Nokia 100 no lo hace.
Incluso sin conexión a Internet, un smartphone es superior a un teléfono
sencillo. La pantalla es más grande y legible, la cámara es de mejor calidad y
la agenda de contactos es más potente y fácil de gestionar. Eso sin contar la
posibilidad de editar todo tipo de archivos, algo imposible de hacer en mi
viejo Motorola RAZR. Cómo atontar un smartphone Android en 3 pasos El objetivo:
imponer una serie de restricciones a mi smartphone, pero sin renunciar a
funciones útiles. Así que nada de borrar todas las apps o cambiar el sistema
operativo del móvil por uno más primitivo. Me gusta Android y su experiencia de
uso. De lo que quería deshacerme era de las apps más molestas y adictivas. 1.
Quitar las apps sociales y el correo clásico Las apps problemáticas son las que
intentan llamar tu atención. Desinstalé Facebook y Twitter, mis mayores
agujeros de tiempo, e inhabilité Gmail. Eliminando estas tres apps, he quitado
el 80% de mis distracciones móviles. También quité la adictiva BaconReader, app
con la que leía noticias en Reddit.
Así es como se desactiva una app de sistema en Android 4 o
superior
Cada persona tiene sus agujeros de tiempo. En general,
recomiendo quitar redes sociales y apps de consumo de noticias o curiosidades.
Por ejemplo, no borré Instagram porque la uso poco, pero si eres de los que se
pasa horas mirando las fotos de comida de tus amigos, te recomiendo que te
deshagas de ella. Por si quieres saberlo, reemplacé Gmail con Inbox: es un
correo que me agobia mucho menos gracias a la manera en que agrupa los
mensajes. Espero ver más apps de este tipo en el futuro. 2. Simplificar la
pantalla principal del móvil La segunda operación fue más rápida: limpié la
pantalla inicial del móvil para dejar solo cuatro iconos: el teléfono, los
mensajes cortos (SMS), Google Maps y la cámara. Lo esencial para comunicar en
cualquier circunstancia, tenga o no conexión a Internet, y las dos funciones
más útiles de mi Nexus 4: fotos y mapas.
La pantalla principal de mi Nexus 4, antes y después de la
limpieza de iconos
Al mismo tiempo, dejé tres widgets: la hora, el tiempo y la
barra de energía, que uso para desactivar la conexión de datos y así aislarme
de Internet cuando quiero. Un widget todavía mejor es Power Toggles. Pero
hubiera podido dejar la pantalla vacía sin problemas: se disfruta más del
fondo. 3. Bloquear notificaciones de las demás apps Como toque final, bloqueé
las notificaciones de algunas apps. En Android 5.0 Lollipop, hay que ir a
Notificaciones de aplicaciones, que está en Ajustes > Sonidos y notificaciones.
Desde allí se pueden desactivar por completo las notificaciones de cualquier
app o bien hacer que solo pasen las más importantes durante un tiempo.
Android 5.0 permite modificar o desactivar las
notificaciones para cada app instalada
En Android 4, el procedimiento es algo más tedioso. Tienes
que ir a Ajustes > Aplicaciones, entrar en cada ficha de app y desmarcar la
casilla Mostrar notificaciones. Eso desactiva por completo las notificaciones
de la app.
El método tradicional para desactivar todas las
notificaciones de una app
Otra función genial de Android Lollipop es el nuevo Modo
silencioso, que demuestra lo mucho que Android se ha enfocado en domar las
notificaciones. Ahora, cuando bajo el volumen del móvil al mínimo, elijo que
solo me lleguen notificaciones prioritarias, que en mi caso son llamadas y SMS.
Así, el silencio está asegurado.
El modo silencioso de Lollipop permite que solo lleguen
notificaciones prioritarias
Tras desactivar las notificaciones de las apps más ruidosas,
el móvil se vuelve increíblemente tranquilo y silencioso, y las apps siguen
disponibles para que las consultes cuando te plazca.
Más que atontar mi smartphone, lo he tranquilizado Después de todo este procedimiento, mi móvil no salió "tonto", sino más silencioso. Todo lo que considero inteligente de su funcionamiento, desde los mapas hasta la manera de integrar la información entre varias apps, sigue ahí. Ni he tenido que volver atrás, ni he recurrido a móviles primitivos. Las apps compiten ferozmente por captar nuestra atención. Los únicos que pueden poner orden son los sistemas operativos. Google y Apple lo saben, y están poniendo remedio a esta explosión de ruido a través de un mayor control de las notificaciones. Pero a veces no es suficiente, y hace falta eliminar las apps más adictivas y ruidosas. ¿Quieres otra historia? Lee cómo preparé un móvil para mi abuela
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