viernes, 16 de enero de 2015

Diez cosas que no necesitas comprar en 2015

Diez cosas que no necesitas comprar en 2015.

Los productos que hoy arden de éxito mañana morirán engullidos por su propio fuego. La historia nos ha dejado bien claro que muy pocas cosas duran para siempre, nuevas tecnologías emergen enamorando a los consumidores, mientras que otras quedan obsoletas a la sombra de las nuevas, esperando a que algún coleccionista las rescate. Otras, sin embargo, llegan tan adelantadas a su tiempo que corren la misma suerte.
Por un motivo o por el otro, existen varias cosas que ya no se nos ocurren comprar, a pesar de que hace bien poco les dábamos un gran uso y jugaban un importante papel en nuestra vida.
CDs y DVDs
¿Quién se acuerda de esos discos en los que almacenábamos música, juegos y datos, y más adelante películas? Los modelos de ordenador más recientes y las tabletas no, desde luego.
La música en formato MP3 y los servicios de descarga y alquileres de películas on line han ido matando poco a poco a los CDs y DVD; además, han surgido maneras mucho más cómodas y reutilizables de almacenar y transferir información gracias a un ancho de banda que cada vez puede con más y a los discos duros externos portátiles de hasta 10 TB.
Memorias USB
Pues sí, el gadget que destronó a los CDs Y DVDs vive sus horas bajas porque le ha salido competidor: los servicios de almacenamiento en la nube. Son mucho más prácticos y seguros que llevar tus datos en un llaverito dentro del bolso o la maleta (que levante la mano quien jamás haya perdido un pen drive), e infinitamente más cómodos a la hora de compartir documentos con otras personas, especialmente si nos es muy difícil coincidir con ellas en el tiempo y el espacio para intercambiar la información. ¿Por qué guardar tus documentos en un lugar cuando los puedes tener en todas partes?
Tabletas mini
¿Merece la pena comprarse una tableta mini cuando los smartphones son cada vez más grandes y potentes? Francamente, no. Los phablets -a mitad de camino entre teléfonos y tabletas-, como por ejemplo el espectacular HTC One M8 de 5,5 pulgadas, han llegado pisando fuerte y todo apunta a que se comerán a las tabletas mini; pues, además de permitir hacer llamadas, son más manejables para sacar fotos y entran más fácilmente en los bolsillos de tu chaqueta.
Anuncios por palabras
¿Vendes coche? ¿Buscas niñera? ¿Ofreces servicios de bailarín stripper? ¿Buscas trabajo? Durante décadas, los anuncios por palabras de los periódicos han sido un buen escaparate, pero hoy por hoy han sido engullidos por internet, a pesar de que aún siguen teniendo algunos lectores fieles.
Los portales de empleo y compraventa de artículos de segunda mano ofrecen una amplísima variedad de opciones personalizables al gusto de cada usuario y sin tener que estrujarse los sesos para comprimir su mensaje. Además, ¿por qué dirigirse a unos pocos cuando puedes dirigirte a todo el mundo?
Televisores 4k
Para los cinéfilos empedernidos que ante todo valoran la calidad de la imagen, los televisores 4k son el invento del siglo. Sin embargo, los precios de estos televisores de definición ultra alta (UHD) siguen siendo excesivos, si bien han bajado ya de precio y parece que esa será la tendencia durante el año, su precio en la actualidad rondan los 1.000 y 18.000 euros.
Al margen del precio, el principal motivo por el que no conviene precipitarse en la compra de estos televisores es la escasez de contenidos adaptados a la definición ultra alta. Por ese motivo, lo mejor es que de momento te quites de la cabeza la idea y esperes un tiempo para poderle sacar provecho a esta súper tele; también para ver si cuajan entre los consumidores, que ya vimos lo que pasó con los televisores 3D.
Ordenadores para uso básico
Si estás pensando en comprarte un ordenador (de sobremesa o portátil) para navegar por internet, mandar y recibir emails y pasar el rato con sencillos juegos, olvídalo, estás desaprovechando el potencial de esa máquina. Si los ordenadores te interesan poco pero quieres estar conectado a internet –y al mundo-, lo mejor será que apuestes por una tableta -por ejemplo, la Nexus 9-, una opción más barata que un ordenador y más pequeña, ligera y con mayor autonomía.
Despertador
¿Cuándo fue la última vez que usaste el despertador de toda la vida? Sí, ese cuyo sonido te perfora el tímpano y te atruena el cerebro, cuyo tic-tac no te deja dormir o te traiciona cuando se va la luz por la noche y se desvanece la hora.
Desde que los móviles tienen despertador (y muy importante: la posibilidad de personalizar el tono que te levantará de la cama), estos aparatos que descansan sobre nuestras mesillas han caído en desuso, salvo para quienes prefieren dormir con sus cabezas lo más alejadas posible del móvil.
Impresoras
La compra de un ordenador ya no tiene por qué ir siempre acompañada de la compra de una impresora. A eso ha contribuido, por un lado, el desorbitado precio de los cartuchos de tinta, y por otro, la facilidad con la que circulan los documentos de ordenador en ordenador a través de la red, sin necesidad de tener que presentarlos en papel en muchos de los casos. Es más, los smartphones y las tabletas han facilitado esa tarea, pues podemos llevar los documentos “impresos” en las pantallas de nuestros dispositivos móviles.
Y cuando nos es realmente imprescindible imprimir un documento, siempre tiraremos de la impresora del trabajo sin que nadie se dé cuenta, o acudiremos a una librería.
Diccionarios y enciclopedias
No corren buenos tiempos para diccionarios y enciclopedias. Además de ser pesadas y voluminosas, se quedan obsoletas antes siquiera de que termines de buscar la palabra deseada. La variedad y facilidad de búsqueda que ofrecen los diccionarios y enciclopedias on line convierten a sus hermanos de papel en torpes monstruos prehistóricos.
No obstante, tener un diccionario a mano en caso de fallo de la red, aunque sea de bolsillo, siempre nos sacará de un apuro si estamos de viaje o estudiando; aunque a día de hoy invertir en ello realmente no merece la pena.
Mapas
¿Te acuerdas de cuando visitabas una nueva ciudad, ya sea por trabajo o por placer, y lo primero que hacías era hacerte con un mapa? ¿Y cuándo te parabas en cada esquina para desplegarlo en su totalidad y buscar la calle o el lugar a donde querías ir? ¿O cuando te perdías en la carretera?
Desde que los navegadores y mapas on line y off line se introdujeron en nuestros teléfonos y tabletas para ayudarnos a orientarnos con mayor facilidad y precisión, apenas hemos necesitado recurrir a esas sábanas de papel que a muchos nos traen de cabeza y nos delatan como turistas.

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