El verdadero coste de un smartphone
EL ANDROID LIBRE
DOMINGO, 6 DE NOVIEMBRE DE 2016 19:40 GMT
DOMINGO, 6 DE NOVIEMBRE DE 2016 19:40 GMT
Siempre miramos con lupa los teléfonos cuando
salen al mercado. Sus especificaciones, sus funciones, su diseño… pero, sobre todo, su precio. Es lo que termina decidiendo si
podemos hacernos con el teléfono o no: puede gustarnos mucho un buen teléfono,
pero muy pocos serán capaces de comprarlo si su precio es disparatado.
Por ello, los fabricantes tienen que
jugar con mucho cuidado su mano de cartas. Tienen que poner un precio atractivo a la vez que ganan dinero con la venta. A
ninguna empresa le gusta vender a pérdidas, aunque tengamos antecedentes en
Android de ello. ¿Y cómo impacta todo esto al precio final de un teléfono, cuál es el verdadero coste de un smartphone?
¿Por qué una aplicación cuesta 5€ y
otra 0.99€? Desarrollar aplicaciones no es una tarea
sencilla, ¿pero cuales son los criterios que siguen los desarrolladores para
poner precio?
El coste de un smartphone no sólo son las piezas
El coste de las piezas no equivale a lo que cuesta el teléfono
Seguro que todos habéis visto los
artículos en los que se valora a un teléfono por el coste de sus piezas.
Nosotros mismos los hemos publicado. Y siempre es interesante ver qué tiene un
smartphone en su interior. Cuánto se ha dejado el fabricante en las piezas.
Pero decir que ese es el coste del teléfono es una verdad
a medias.
El coste de un teléfono no sólo viene
marcado por las piezas que vienen en su interior. Nos sirve como indicador de
la calidad que ha decidido usar el fabricante. Pero no nos sirve para estimar lo que le cuesta al fabricante hacer ese
teléfono. Por eso hay que coger esos datos con pinzas, porque no reflejan toda la
verdad.
Fabricar el Samsung Galaxy S7 cuesta
255 dólares y no significa nada El ultimísimo buque
insignia coreano ya ha sido destripado, y el coste del Samsung Galaxy S7 parecerá
demasiado bajo comparado al precio final.
¿Qué hay detrás del precio de un smartphone?
Detrás del precio de un smartphone se encuentran varios factores que no se ven a simple vista. Desde la fabricación
hasta la distribución, pasando por las pruebas de calidad o la publicidad. Y
hoy analizamos todos estos gastos, desde que se diseña en papel hasta que llega
a nuestras manos.
Diseño, ingenieros, I+D…
Diseñar un software, tanto por dentro como por fuera, cuesta mucho dinero
Para empezar, todo el proceso de construir un smartphone comienza con el diseño. Los diseñadores de
la marca se sientan y hacen diseños que se vuelven prototipos. Si los
prototipos de este diseño ven la luz verde, todo este trabajo pasa a los
ingenieros, que se encargan de equipar ese diseño con la electrónica.
Todo este trabajo de diseñar el teléfono, tanto por dentro como por fuera,
cuesta mucho dinero. Ahí se te van el sueldo e instalaciones de los empleados,
el coste de los recursos que utilicen y el coste de los prototipos necesarios.
Quizás es el trabajo más infravalorado, el que menos valoramos, pero es el más
necesario. De aquí parte el resto.
Además, y como extra, cada gran
fabricante tiene una división de 'Investigación y Desarrollo' que busca formas de innovar en sus dispositivos. Aunque no lo
parezca, ahí es donde se va la mayor parte de dinero de muchas compañías, en
investigar y desarrollar nuevos componentes.
Diseño de software
Mientras los diseñadores e ingenieros
diseñan la parte física, también es necesario
que alguien diseñe el software. Los equipos de software trabajan para
integrar el software en las piezas y diseño que han marcado el primer paso. Son
los responsables del Android, o iOS, o Windows Phone, que ves cuando enciendes
el teléfono. Y, si el diseño incluye algo novedoso -como una pantalla curva o
una doble cámara-, también son los responsables de integrarlo.
Puede parecer que los fabricantes usan
Android por ser lo más barato, pero Android sigue
necesitando una labor de implementación que se nota. Esta es la clave que marca
el rendimiento, la compenetración entre software y hardware. Además, este coste
se multiplica si el fabricante incluye sus propios desarrollos. Desde simples
aplicaciones dentro de Android, hasta capas de personalización enteras.
Construcción, fabricación y pruebas
La construcción del teléfono es uno de
los pasos más delicados de la cadena
Una vez tenemos marcado qué diseño
tendrá, qué piezas lo compondrán, y qué funcionará dentro, nos toca construir el teléfono. Muchas de las piezas del teléfono no
son del fabricante, así que viene la parte de encargarlas y recibirlas. Una vez
tenemos todas las piezas, junto a la carcasa y demás, se construye el teléfono
en fábricas especializadas.
Además, todavía nos queda coger teléfonos de esta cadena de producción y ponerlos a prueba. Desde comprobar que
todo el software funciona bien, hasta someter los teléfonos a pruebas de
estrés. Si el teléfono es resistente al agua, también tiene que pasar las
certificaciones y pruebas correspondientes. Y si algo sale mal en esta serie de
pruebas, hay que arreglar el fallo en la cadena de producción, y puede echar a
perder el trabajo de semanas.
Toda esta mano de obra, encargada de ensamblar las piezas y comprobar que todo funciona como
es debido, impacta en el coste final. Este coste es “pequeño” debido a la
externalización; los fabricantes se han llevado estas cadenas de producción a
Asia, donde los salarios de los trabajadores son notablemente bajos. Sin
embargo, hay muchas cosas que pueden salir mal, y los nuevos fabricantes suelen
cometer muchísimos errores en esta parte. E incluso los viejos, Samsung es un
buen ejemplo de ello.
Samsung pone fin al Note 7 Samsung ha anunciado que no producirá más unidades de su phablet de este
año, el Galaxy Note 7. Pone así punto y final a la polémica de las baterías.
Distribución, venta y publicidad
Los fabricantes tienen que hacer llegar los teléfonos a las tiendas, además
de la publicidad
Ya tenemos los teléfonos hechos,
empaquetados en sus cajas y listos para ser vendidos. El problema es que no los
llevan duendes de la fábrica a la tienda: los fabricantes deben establecer rutas de distribución para abastecer a las tiendas. Todos estos camiones,
containers y aviones destinados a repartir teléfonos tiene su coste.
Además, el teléfono tampoco se
publicita sólo: las marquesinas en el transporte público, las apariciones en televisión o
los eventos patrocinados, todo tiene un coste que se suma al precio final. Los
fabricantes que se pueden permitir no gastar en publicidad tienen un 'boca a
boca' entre usuarios enorme. Y aquí también podemos incluir el coste de
hacernos llegar a la prensa unidades de prueba.
Y aquí es donde está buena parte del secreto de los smartphones chinos. Marcas como Xiaomi o
Meizu sólo venden en China, por lo que se ahorran buena
parte de estos costes. Si los queremos en Europa o América, tenemos que importarlos nosotros
mismos. Y eso nos lleva a buscarnos la vida en el envío, y a estar
prácticamente vendidos en lo que a reparaciones o garantía se refiere.
Mitos y realidades de los móviles
chinos A lo largo de la historia de los
smartphones, han ido apareciendo muchos mitos de los móviles chinos. ¿Son
ciertos o falsos? Hoy los destapamos.
Servicio post-venta,
reparaciones y actualizaciones
Pero el fabricante
no puede olvidarse de nosotros cuando nos vende el teléfono. Cualquier
fabricante que venda en Europa está obligado a darnos unas garantías, así que
tienen que mantener servicios técnicos, servicios de atención al cliente, y un
largo etcétera. Todo depende del dinero que decida invertir la marca en el
servicio postventa, pero para hacerlo bien hay que
invertir mucho dinero.
Además, el equipo de software del que hablábamos antes sigue trabajando. Los sistemas
operativos tienen actualizaciones, y este equipo es el responsable de adaptar
todo para actualizar los teléfonos. Su trabajo no termina cuando hacen un
teléfono, tienen que mantenerlo a posteriori.
¿Cómo funcionan las actualizaciones
en Android? Las actualizaciones en Android son un
bien que nos gusta tener en nuestro smartphone, pero no siempre recibimos
todas. ¿Qué tipos de actualizaciones existen?
El margen de beneficios
Y el fabricante tiene que ganar dinero después de todo esto. Es obvio que parte
del precio es ganancia pura para la marca. Pero ese porcentaje suele ser más
pequeño del que nos imaginamos. Y ojo, se han dado casos en los que un
fabricante ha vendido un teléfono perdiendo dinero en cada venta.
El paso del tiempo
Tampoco es despreciable que, con el paso del tiempo, el teléfono va perdiendo valor. No hablamos sólo de
cuando son usados, hablamos de que la tecnología avanza a pasos agigantados. En
seis meses una pieza puede quedar obsoleta ante nuevos componentes, algo que
hace bajar el valor total del teléfono. Un teléfono no cuesta lo mismo un año
después de haber salido al mercado.
Cuánto cuesta fabricar un smartphone, en vídeo Ver vídeo
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