Diez reflexiones, ventajas e inconvenientes sobre
registrar todos nuestros movimientos con Strava o Google Maps
XATAKA ANDROID
LUNES, 29 DE ENERO DE 2018 13:07 GMT
LUNES, 29 DE ENERO DE 2018 13:07 GMT
Strava ha vuelto a mostrar los problemas de registrar
y cuantificar todos nuestros movimientos. Vivimos en una época donde
tenemos muchísimas herramientas disponibles para guardar nuestros hitos,
compartirlos en redes sociales y recordar lo que con tanto esfuerzo hemos
alcanzado. Si has estado corriendo durante dos horas por montañas, esa hazaña
debe poder demostrarse. Si dejamos de compartirla es como si no hubiese
existido.
Tenemos muchas aplicaciones para guardar un historial de nuestras
ubicaciones. Strava, Google Maps, Runtastic, S Health y muchas más. Todas las grandes empresas quieren acceder a estos valiosos datos y es que
tener un control detallado de nuestros movimientos puede servirles para decenas
de usos.
Aquí os dejamos diez reflexiones sobre cuantificar todos nuestros
movimientos, qué se puede hacer para mejorar nuestra privacidad y
qué debates relacionados deberíamos afrontar relacionado con este tema
del mapa de calor de
Strava. Un repaso a qué aporta registrarlo todo y qué deberíamos tener en mente
para que no se vuelva en contra nuestra.
Un mapa demasiado exhaustivo
El mapa de calor de las rutas de Strava es tan exhaustivo que ha
permitido descubrir zonas y movimientos a priori bastante reservados. Es el
caso de las instalaciones militares. Por ejemplo base españolas como la de Viator de La
Legión que está censurada en Google Maps, en Strava podemos conocer sus
detalles ya que son los propios militares quienes han estado corriendo en su
tiempo libre por los alrededores.
Estamos ante un mapa tremendamente preciso y donde se muestra todo el
potencial de utilizar a millones usuarios para mapear zonas. Claro está sin
ningún tipo de filtro.
Buscando en Twitter podemos encontrar decenas de hilos y ejemplos de cómo
Strava permite conocer centrales nucleares, localizaciones de
misiles, recorridos de patrullas y mucho más. Y con este problema nos
vamos directamente al siguiente punto.
Más control sobre las aplicaciones de tus trabajadores
Los consumidores debemos empezar a mentalizarnos sobre la importancia de la
seguridad y la privacidad, pero este tema es todavía más importante si eres una
empresa. Las grandes compañías o los propios estados no solo deben mejorar el
cifrado de sus sistemas, también educar a sus trabajadores para que
realicen buenas prácticas en materia de privacidad.
Si has configurado bien la privacidad, no deberías preocuparte
El mapa de calor de Strava no es nuevo y la empresa ya publicó un artículo sobre cómo
configurar la privacidad. La idea es que la propia aplicación nos permite
indicar qué zonas no queremos que queden registradas. Es a través de Flyby donde Strava
lleva un registro de nuestra actividad pasada, pero de base está activado
de tal forma que todo queda controlado.
Strava pone el foco en el usuario: si no quieres que usen tus datos ellos
te dan herramientas para cuidar tu privacidad.
Si eres usuario de Strava, te recomendamos que abras la aplicación y gastes
un par de minutos en revisar tranquilamente todos los puntos de privacidad.
Por el momento no tenemos manera de impedir que los datos del mapa de calor
(los ya introducidos) dejen de estar visibles para el resto del mundo.
Esperamos que Strava aproveche esta polémica para fortalecer su configuración y
ofrezca herramientas más granuladas.
Es un punto importante y que afecta directamente a cómo los propios usuarios pueden sentirse inseguros. En las redes
sociales hay acoso pero en el caso de estas además estás en la calle y
saben exactamente tu posición. El peligro que alguien no deseado aproveche la
información disponible para acercarse a ti es un fenómeno que se debería
vigilar de cerca.
Hace falta más transparencia y datos cifrados
Muchas empresas como Strava o Google ponen el foco de la privacidad en el
usuario. Ellos aseguran que la seguridad se lleva a la perfección y el
usuario siempre tiene la responsabilidad de aceptar si comparte sus datos.
Entendemos el negocio de la cuantificación pero pedimos más transparencia.
Queremos tutoriales claros y ordenados donde las opciones de
privacidad estén en primera línea y no en el fondo del menú de ajustes.
Queremos que cada cierto tiempo nos recuerden que tenemos esos datos. Queremos
una explicación sencilla de qué se hace con nuestros datos y no una política de
privacidad infinita que nadie se lee. En definitiva, las empresas deben ayudar
a sus usuarios en materia de privacidad. Es posible que muchos se echen atrás
pero también es posible que una política clara y concisa ayude a tranquilizar a
muchos usuarios que seguirán compartiendo sus datos.
Las compañías aseguran cuidar nuestra privacidad, pero deben asegurarnos
que están totalmente cifrados. Una filtración de toda esta información sensible
podría dejarnos indefensos.
Por otro lado, estas empresas que manejan datos muy sensibles deberían
controlar a fondo sus permisos y el cifrado de sus sistemas. Ya hemos visto por
ejemplo que las aplicaciones de comunicaciones y mensajería están todas
cifradas, también las que cuantifican nuestros movimientos deberían empezar
a proteger mejor estos datos igual de sensibles que una conversación.
Un excelente recordatorio para saber qué hiciste aquel día
Tener un registro de actividad como el de Strava o el historial de
ubicaciones de Google nos permite llevar un control sobre nuestros movimientos a un
nivel de detalle que asusta. Si por ejemplo tenéis activada la localización
de Google en vuestro móvil, tendréis una cronología exhaustiva de qué
hicisteis, qué visitasteis y durante cuánto tiempo.
El nivel de detalle que se obtiene con la localización activada es enorme.
Movimientos, tiempos, día, hora, minuto... un diario completo de nuestra vida.
En cada día del año. Esto puede irnos bien para recordar o rememorar el
pasado. ¿Qué hiciste el 29 de enero de 2013? Anda mira, pues fui al centro a
dar una vuelta. ¿Y el 31 de enero de 2015? Ah, fue el viaje a Italia. Fotos,
recorrido, minutos... información muy minuciosa que si solo podemos
acceder nosotros es interesante. ¿Pero os imagináis que se filtrasen todos
estos datos y cualquiera pudiera saber dónde estuviste y qué posición tenías en
cada momento?
Aunque no quieras, pueden obtener tu ubicación
Teniendo acceso a tantos datos es fácil para las grandes empresas conocer
tu ubicación aunque directamente no les facilites tu localización. Ya estuvimos
hablando por aquí sobre cómo Google sabe dónde estás gracias a la triangulación de redes. Google lo que hace
es registrar la antena más cercana a la cual te conectas y sabe
entonces que estás por allí. No es tan preciso como la ubicación estándar y
no permite crear un mapa de calor tan preciso, pero son más datos.
El popular Big Data no es simplemente una tabla de excel enorme con la
ubicación precisa de cada uno, es cruzar todos estos datos añadiendo
algunos que a priori podrían no estar directamente relacionados. Según Google,
es una función para mejorar la entrega y rapidez de SMS. Prometen que están
separados de sus servicios de ubicación pero volvemos al punto anterior, tener
un sistema tan opaco respecto a nuestros datos no nos tranquiliza.
La obsesión por cuantificar
Siguiendo la polémica con Strava llego a diversos foros de ciclistas donde se comenta la perdida de
compañerismo desde el auge de estas aplicaciones de cuantificación. Los
usuarios parecen más enfocados en querer batir su propio récord de sector y
menos en hablar con el resto, pararse a reparar una rueda o detenerse en un
punto bonito con buenas vistas.
Ese afán por superarse y batir sus propios registros tiene
una contrapartida. Afortunadamente son casos puntuales y no evita que muchos
deportistas sigan viendo estas excursiones como lo que son: una aventura para
disfrutar del recorrido y ponerse en forma.
Intentar batir todos los registros y números nos hace perder ese punto de
calma y reposo también muy necesario.
Otro detalle que comentan es la necesidad imperiosa de compartir o anotar
las puntuaciones. Y es el caso por ejemplo que si el Garmin o el móvil
se queda sin batería, se vuelven a casa. Pierden el interés en el momento
que no pueden controlar su actividad. Tampoco creemos que sea la norma, pero es
otro de los problemas asociados al auge del registro de nuestros movimientos.
Sociedades desconectadas y zonas vacías
Uno de los puntos más curiosos del mapa de calor de Strava es Corea
del norte. Aparece más apagado que muchos desiertos. Es de sobras conocido
que el uso de internet está cortado para estos fines y que el estado norcoreano
controla todas las conexiones, pero pone de manifiesto la diferencia de
sociedades entre el sur y el norte. Lo que nos lleva a reflexionar cómo será el
mundo del futuro donde unos usuarios estén totalmente sumergidos en un
ecosistema de datos y el otro no.
Normalmente cuanta más población hay en una zona, más calor aparece en
muchos de estos mapas. Pero estos datos se obtienen por parte de
empresas privadas asociadas a determinados países y no son por tanto
un baremo que se pueda aplicar de manera equitativa en todo el mundo.
Falsificar estos datos es muy sencillo
Estos mapas de calor se basan en las rutas y actividades de los usuarios y
no tiene mucho sentido intentar falsificarlos. Pero sí existen servicios
como Fake Runner que nos permiten crear
registros y carreras. Bastante útil si se nos olvidó registrarlo en su
momento o si simplemente quieres autoengañarte.
Estos datos pueden ofrecer mucha información sensible, pero son fácilmente
falsificables.
En Android por otro lado tenemos múltiples aplicaciones para engañar al móvil y simular ubicaciones falsas. Ahora estamos
corriendo en Barcelona y de repente estamos por la Muralla China o Central
Park.
Volviendo a la polémica con Strava y las bases militares, estos
mapas de calor pueden servir como indicio, pero nunca como una información
confirmada y totalmente fiable.
Una apuesta por la salud
Cuantificar nuestros movimientos no es solo un juego. Toda la industria está detrás apostando por este
sector ya que mejora la salud de quienes utilizan estos servicios.
Si quieres ponerte en forma tener una aplicación que te recuerda los kilómetros realizados, te
recomienda rutas o te pone en contacto con otros deportistas es sin duda algo
muy beneficioso. Es la parte buena de la tecnología.
Nuestra salud y privacidad está en manos de estas empresas. La
responsabilidad no solo es configurar bien las opciones que nos dejan sino
obligarles a que nos faciliten esta tarea con más seguridad y transparencia.
La parte de esta tecnología que más debemos vigilar y observar con detenimiento
es la privacidad y seguridad, un punto que normalmente dejamos en manos
de las propias empresas. Como usuarios debemos no solo empezar a vigilar
nuestros datos sino también forzar a que las compañías nos ofrezcan todas las
herramientas necesarias.
La noticia "Diez reflexiones, ventajas e inconvenientes sobre registrar todos nuestros
movimientos con Strava o Google Maps" fue publicada originalmente en Xataka Android por Enrique Pérez.
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